Historias de Filadelfia

Historias de Filadelfia

HISTORIAS DE FILADELFIA

“El amor siempre llama dos veces”

 

Título: The Philadelphy Story / Historias de Filadelfia

Año: 1940

País: EEUU

Duración: 112min

Director: George Cukor

Guion: Donald Ogden Stewart, Waldo Salt (Teatro: Philip Barry)

Dir.Foto: Joseph Ruttenberg

Música: Franz Waxman

Productora: United Artists

Reparto: Cary Grant, Katherine Hepburn, James Stewart, Ruth Hussey, Jon Howard, Roland Young, John Halliday, Mary Nash, Virginia Weidler, Herry Daniell, Lionel Pape, Rex Evans

 

Prólogo

Hace años me propuse crear una lista de películas clásicas que tenía que ver aunque no me apeteciese. Confieso que esa lista era interminable y aún a día de hoy no he conseguido verlas todas. Muchas eran comedias románticas. En realidad, es un género que nunca me ha atraído hasta que descubrí una peli como Historias de Filadelfia.

Ayer mismo, la reemitían en La2 y recordé lo mucho que me impactó la primera vez que la vi. El cine tiene este tipo de cosas. Cuando menos te lo esperas aparece una historia que te atrapa hasta el final.

 

Breve análisis

Tracy Lord se va a casar en segundas nupcias con el apuesto y distinguido caballero, George Kittredge. La casa señorial de los Tracy es el lugar escogido para la ceremonia. Sin embargo, algunos invitados, entre los que está el ex-marido de Tracy, comienzan a generar dudas sobre el futuro matrimonio.

 

 

 

 

Historias de Filadelfia es una película coral sustentada por un guion maravilloso y unos actores sublimes. Tracy, interpretada por Katherine Hepburn, responde a un prototipo de mujer cautivadora por su naturalidad pero con ciertas inseguridades que frustan sus intentos de ser feliz. A su lado, el futuro esposo, el Sr.Kittredge, un distinguido ricachón que siempre consigue lo que quiere y trata a Tracy como a un trofeo de caza, recordándole insistentemente que es una princesa encerrada en su castillo.

A esta pareja, aparentemente bien avenida, se suman dos secundarios de lujo. Los verdaderos ingredientes explosivos del cóctel. Un periodista con mucha lengua y poca personalidad, interpretado de forma soberbia por James Stewart(Óscar a mejor actor), y el magnífico e inimitable Cary Grant, que interpreta a un ex-marido despechado que mantiene la ilusión de reconquistar a su gran amor.

Si a todo esto le añadimos una familia muy peculiar  completamos un cóctel maravilloso de personajes que entran y salen de escena de forma magistral.

El constante ir y venir de acciones contrasta con unos diálogos afilados que se clavan casi siempre en la conciencia de Tracy, aumentando aún más su inseguridad ante la ceremonia.

Si tuviese que elegir, me quedaría con la secuencia completa en la que Mike Connor(James Stewart)  lleva en brazos a Tracy ante la mirada asombrada del Sr. Kittredge y su ex-marido C.K. Un sutil movimiento de cámara sube hacia la ventana en la que la pequeña Dinah Lord observa sin perder ningún detalle.

La importancia de esta secuencia en el devenir de la historia y su fantástica ejecución, demuestran la maestría del director George Cukor a la hora de dirigir esta “orquesta”.



Es curioso que un film de 1940 trate con tanta naturalidad un tema como el matrimonio y los conflictos de pareja. Casarse, divorciarse, volverse a casar, parece algo simple y sencillo. Sin duda lo es, aunque desgraciadamente en 2019 muchos no lo vean así.

Esta es para mí la verdadera belleza de Historias de Filadelfia. Después de casi 80 años sigue siendo una película actual, que trata temas actuales y que interpretan actores irrepetibles. Puede sonar romántico pero daría lo que fuera por conocer a Cary Grant, Katherine Hepburn y James Stewart. Son tres de los actores que han ayudado a reencontrarme con los clásicos. Sí, lo admito, yo era de esos que odiaba las películas en B/N solo porque no se veían en color. Eran menos realistas. No me creía a los actores. No se besaban como en la realidad. No se veían las balas al disparar ni la sangre en los cuchillos. Pero después de todo, superando los prejuicios del espectador novato, conseguí ver donde antes no lo hacía. Entonces descubrí la mirada de un cine que nunca se repetirá como tampoco lo hará el cine de los De Niro, Scorsese, Copolla o Spielberg.

Soy más romántico de lo que parece, ¿No creéis?